Pareciera ser que el gobierno de Néstor Kirchner se empecina en esperar hasta el último segundo para tomar decisiones (que luego pueden discutirse si son correctas o no) en temas delicados para ciertos sectores, como si lo hiciera a propósito, para dar un golpe de efecto en el momento justo.
El ejemplo de la fecha es la medida tomada en torno a la grave situación de escasez de gasoil que sufre gran parte del país: la aplicación de la Ley de Abastecimiento. Este anuncio llega, casualmente, el día en que la única entidad agropecuaria que tenía ciertos lazos de simpatía con el gobierno organizó marchas y tractorazos.
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